El reno Rodolfo
Inspirado en el poema navideño Rudolf el reno
Érase una vez …
… un reno diferente a los demás. Pero para que lo entiendas bien, voy a contártelo desde el principio.
En unas Navidades de hace mucho, mucho, pero que mucho tiempo llegó al mundo el pequeño Rodolfo. Sus padres estaban muy emocionados, pensaban que era el reno más guapo del mundo y no notaron nada raro en él.
Pero es que Rodolfo no era como todos los renos. Su nariz era roja y brillante.
Además conforme iba creciendo con más fuerza se iluminaba. Sobre todo si estaba nervioso o asustado. Incluso alguna vez si se ponía contento.
Para sus padres el tema de la nariz no tenía importancia. Pero Rodolfo sufría mucho porque los otros renos se reían de él. Sólo por ser diferente.
A veces por animarle había alguien que incluso le decía «ya verás cuando crezcas tu nariz cambiará y será como la de todos los demás. No te preocupes».
Y Rodolfo creció
Pues sí, Rodolfo fue creciendo y su nariz no sólo no se volvió como las demás. No. Era incluso más roja que cuando nació y seguía tan brillante como siempre.
Como podéis imaginar los demás renos seguían burlándose de él.
Entonces una Nochebuena…
… una niebla muy, muy densa cubrió todo el mundo. No se veía nada. Papá Noel tenía preparado su trineo con todos los regalos y sus renos dispuestos, pero no podían salir a entregarlos porque con esa niebla era imposible encontrar las casas de los niños.
Menuda catástrofe. No iban a poder entregar los regalos. Todos estaban muy tristes.
Rodolfo se acercó a Papá Noel y a su grupo por si podía ayudar. De pronto su nariz comenzó a brillar, pero con una intensidad mayor que nunca.
Papá Noel lo miró sorprendido y sonrío. La nariz de Rodolfo se veía incluso con esta densa niebla e iluminaba todo como una estrella.
Papa Noel colocó a Rodolfo al frente del trineo, los otros renos estaban asombrados.
Y esa Nochebuena gracias al reno Rodolfo todos los regalos pudieron llegar a los niños.
Y a partir de entonces Rodolfo siempre va a la cabeza de los renos de Papá Noel. Es admirado y querido por todos.
Y nunca, nadie más, se burló de su roja nariz.
NOTA PARA LOS MAYORES:
En estas fechas además de los estupendos regalos, que mejor que obsequiar a vuestros pequeñ@s con un extra de vuestro tiempo . Por ejemplo contándoles historias, así que aquí os dejo otro cuento para seguir con el espíritu navideño.